Atrévete!!!

¿Quién no ha tenido alguna vez invitados a comer?

Si quieres acertar con tus comensales, es menos arriesgado preparar recetas sencillas, sin mucho artificio, o elaborar platos a los que ya les tengas acostumbrados. Pero, ¿y si te apetece variar el menú con platos que no has elaborado nunca? ¿Te imaginas que no consigues pillar el punto de cocción y queda crudo? ¿O te pasas con la sal, o con el azúcar? ¿Y si el emplatado no resulta tan atractivo como te proponías? ¿Y si la novedad culinaria no gusta?

Si nos ponemos a pensar en todo eso, correríamos el riesgo de abandonar la idea de meternos en faena y cocinar algo diferente.

Otras veces nos frena el hecho de haber creado expectativas que no sabemos si vamos a ser capaces de satisfacer. Eso qué más da!!! Lo importante es dar rienda suelta a nuestras apetencias y hacerlo con gusto. Y, si además pasamos un rato divertido, mejor que mejor. No sabremos cuál habrá sido el resultado si no nos atrevemos.

En cuanto a las críticas posteriores, si llegaran las tan temidas "destructivas", se me ocurre que podemos hacer varias cosas. Entre ellas, poner en práctica el dicho de "por un oído me entra, por otro me sale". Aunque lo ideal sería prestar el delantal al artífice de la crítica e invitarle a que demuestre cómo se hace mejor.

De lo que estoy segura es de que siempre que se disponga de buenas materias primas, muchas ganas y un toque de mimo, es posible crear platos increibles y, ¿por qué no?, deliciosos.


¿A qué esperas?





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