15 dic 2012

☞ En nuestras manos está...










Cuando somos adultos, salvo que 
no estuviéramos capacitados por 
el motivo que fuese, está en nuestras manos la toma de muchas decisiones. 

En nuestras manos está, por ejemplo, si queremos tener hijos o no, si queremos darles determinada educación, si queremos contradecir la educación que habíamos elegido darles...


En nuestras manos está la decisión de truncar de golpe y porrazo la ilusión de un niño, sin argumentación ninguna salvo la del "porque sí y porque lo digo yo"...


En nuestras manos está mantener la .










*** Ésta es la forma en que he decidido explicar a mis hijos quiénes son los Reyes Magos (el cuento que os muestro a continuación no lo he escrito yo; sólo he adaptado un poquito uno que he encontrado por la red):




 


¿Mamá?
Dime, hija.
Quiero... que me digas la verdad.
Claro, cariño respondió la madre un poco sorprendida.
Es que tengo una duda... titubeó la niña.
A ver, cuéntame.
Mamá, ¿existen los Reyes Magos? Los niños del colegio dicen que son los padres. ¿Esto es cierto?
¿Tú qué crees, hija? 
Yo no sé, mamá: pues que sí y que no. Por un lado, me parece que sí que existen, porque tú no me engañas; pero, como mis compañeros dicen eso...
Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
¿Entonces es verdad? dijo la niña con los ojos humedecidos. ¡Me has engañado!
¡No, mi vida! se apresuró a decir la madre. No te he engañado porque los Reyes Magos sí que existen. Siéntate y escucha lo que te voy a contar.

La niña se sentó junto a su madre y se dispuso a escuchar muy atenta.






Cuando nació el Niño Jesús, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
¡Oh, sí! exclamó Gaspar. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros, comentó:
Es verdad que sería fantástico pero Gaspar tiene razón y, aunque somos Magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Sería tan bonito...

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. El Niño Jesús, que parecía escucharles desde su cunita, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
¡Oh, Señor! dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos. Sin embargo, no podemos tener tantos pajes. No existen tantos.
No os preocupéis por eso dijo Dios. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
¡Eso sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? se preguntaron extrañados los Magos.
Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría que os ayudaran deben querer mucho a los niños?
Sí, por supuesto, eso es fundamental asintieron los tres Reyes.
Y, ¿no os gustaría que vuestros pajes conocieran muy bien los deseos de los niños?
Sí, sí. Esos serían nuestros pajes ideales respondieron al unísono cada vez más entusiasmados.
Decidme, pues, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron entre ellos y empezaron a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz se volvió a oír:

Entonces, YO ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes y que, en vuestro nombre y de vuestra parte, regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hiciesen los propios Reyes Magos. Pero, cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y, a partir de entonces, todas las Navidades los niños harán también regalos a sus padres como prueba de cariño. Y alrededor del Belén recordarán que, gracias a los tres Reyes Magos de Oriente, todos son más felices.



Tras escuchar esta historia, la niña se levantó de su silla sonriendo:
Ahora sí que lo entiendo todo, mamá.
Y, corriendo, se dirigió a su cuarto para regresar después con su hucha en la mano mientras decía:
No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero. 

Madre e hija se abrazaron muy contentas mientras desde el cielo los tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.




-FIN-



*** Este cuento se puede adaptar para cualquier familia (pensad en las familias monoparentales, o en aquellas en que los tutores son los abuelos, o los tíos, o...) y para otros magos que también traen muchos regalos. En mi caso crearé una versión corta para explicar a mis hijos cómo se las ingenia OLENTZERO para hacerles llegar los regalos. ^_^


   Nuestro entrañable y recién desaparecido MILIKI (click) ya se encargó en su día de explicar de un modo muy especial quién era San Nicolás, más conocido como SANTA CLAUS ó PAPÁ NOEL:






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12 comentarios:

  1. :)

    yo tb creo en la magia¡¡¡¡¡¡


    gracias por creer

    besos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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  2. que bonito!!! y has hecho que se me salten las las lágrimas, eres mala jajajaja Besos.

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  3. PSICÓPATA 6.

    Lo que más me gusta
    de trabajar
    como rey mago
    en el centro comercial
    es decirles a los niños
    con voz muy bajita
    cuando me dan la carta
    que los reyes magos
    son los padres
    y que los suyos
    son ya mayores
    están muy enfermos
    y cualquier día morirán.

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  4. Lastima ... no creo en la magia.
    Tu cuento es muy bonito.
    Ya que estoy aquí y tu tienes cierta mano con toro; podrías decirle que me escriba algo jajakjajaja!!!
    Me ha gustado su comentario .
    un besazo

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  5. Siempre un placer pasar por este Sombras de un imaginario...precioso cuento...gracias.. :)

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  6. TORO, entonces... ¿He de llamar "psicópata" a la persona que el año pasado le dijo algo similar a una niña pequeña y a la que, para más inri, aseguró que la magia no existía?

    Supongo que no, pues no trabajaba como rey mago en ningún centro comercial, y la madre de esa niña no es tan mayor, ni está tan enferma...

    Besos.

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  7. Reina... "MAGIA POTAGIA, que aparezca Toro por tu blog y te escriba algo".

    Si se cumple, tendrás que creer al menos un poquito. ;)

    Besazo pa'ti.

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  8. PALOMA, LOLI, ÁNIMA...

    :)

    Besoooooooo.

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  9. El secreto está en creer.

    Saludos.

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  10. Es una bellísima historia, sólo quiero añadir que el Niño Jesús tuvo una gran idea aunque, como la vida misma, contenga la ligera injusticia de que a tus hijos le haya tocado la paje más maravillosa del mundo.

    Besos.

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  11. Niña maga:
    Sabia que tenias mano jaja.
    Un abrazo

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  12. Una manera muy mágica de continuar con la magia :)

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Gracias por dejar tu huella...... :)