En este vídeo se invita a algunos padres y a sus hijos a imitar por separado las muecas de distintas personas que van apareciendo en una pantalla frente a ellos.
Ante la aparición de una niña discapacitada, los padres dejaron de imitar las muecas.
Ayer hice el experimento junto a mi hijo pequeño (7 años).
Observé que él continuó haciendo las muecas hasta el final del vídeo. Para mi hijo esa niña discapacitada era una más.
Ante los ojos de un niño todos somos iguales.
***Este interesante experimento publicitario (desarrollado para la Noémi Association por Leo Burnett París) nos demuestra cómo los adultos (que somos los responsables de la educación de los niños) sucumbimos ante los prejuicios, mientras que los más pequeños reaccionan de forma natural y sin ningún tipo de miedo a no ser correctos.
está claro que al hacernos mayores pervertimos lo que somos en la infancia
ResponderEliminarSin duda. :/ ¡Qué pena!
EliminarUn beso grandísimo ojos de niña ;)
ResponderEliminarMuaaaaaks!
La primera vez que vi el vídeo me emocioné, María, y me vi reflejada en los padres del otro lado del biombo. :( Cuando hice el experimento junto a mi peque, me limité a observarle.
EliminarMis ojos ya no son tan "de niña". Menos mal que mis hijos me contagian su manera de mirar muchas veces. Y me hacen ver. :)))
Beso enorme, cosa bonita!!!
:*
Conocía el experimento.
ResponderEliminarEs revelador eh...
Besos.
Interesante.!, pasa que los niños todabia no están " contaminados " y son vírgenes . No han adquirido la conducta de los adultos. Son diáfanos, dulces e inocentes. En fin.. adorables, gracias a Dios.
ResponderEliminarBesitosss * L *.
De nuevo es quien mira quien lleva en sí la diferencia.
ResponderEliminarUn saludo